viernes, 20 de octubre de 2006

Cóndor Andino, El Majestuoso Custodio De Los Andes Que Encontró Refugio En Sáenz Peña

Hawk
Sus grandes y afiladas garras, su pico poderoso, y sus ojos de un rojo sangre le dan una apariencia de peligrosidad. Es el ave voladora más grande del mundo, que fue llamada por varias asociaciones ecologistas El espíritu de los Andes.

Incluso las tribus indígenas cordilleranas lo consideraban sagrada, o la manifestación de sus más importantes deidades. Y es fácil entender que se relacionara con un dios poderoso, cuando se lo podía observar con sus alas que, totalmente desplegadas, pueden llegar a medir hasta tres metros de envergadura, volando sobre los picos más altos de los Andes.

No obstante, todos estos signos de majestuosidad, y hasta de una aparente invulnerabilidad, el cóndor andino es una de las especies en más grave peligro de extinción de Sudamérica.

Porque, a pesar de su imagen de fortaleza, esta magnífica especie, que en otro tiempo se distribuía a lo largo de la cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego, ha sido diezmada por los humanos y por cambios en su hábitat.

En la actualidad raramente se pueden observar unos pocos ejemplares en su ambiente natural. La preocupación para que esta ave no desaparezca llegó tarde para algunos países andinos de Sudamérica, donde ya ha desaparecido.

En Argentina, existe el Programa de Conservación del Cóndor Andino, del cual el complejo ecológico de Sáenz Peña, junto con el zoo de Capital Federal y el de la ciudad de La Plata, fue una de las instituciones fundacionales.

A tal punto que el primer cóndor nacido en cautiverio se registró en nuestro zoológico, y fue bautizado simpáticamente como Condorito.

Los cóndores son en Sáenz Peña una de las familias más prolíficas. A pesar de que no es una especie autóctona del parque chaqueño, han demostrado que se encuentran muy a gusto en los enormes jaulones que les fueron construidos especialmente, frente a los recintos de los grandes felinos (tigres de Bengala y leones africanos), dentro del zoo saenzpeñense.

El trabajo con esta especie comenzó en esta ciudad, con su arribo, el 14 de junio de 1990. Por esos días, el tan popular zoológico Mundo Animal, de Ezeiza, en Buenos Aires, propiedad por ese entonces de Jorge Cutini, un personaje que se hizo famoso en televisión a través de un programa de Gerardo Sofovich, comenzó a tener problemas a raíz de que un oso le arrancó el brazo a un niño. De ese zoológico llegó una pareja de cóndores a Sáenz Peña.

Por entonces, el personal y directivos del zoo local no imaginaban que su trabajo con esta especie, a partir de esta pareja, le significaría el reconocimiento de técnicos de Argentina y el mundo. Y que se convertiría en uno de los mayores ejemplos de las tareas que lleva adelante el Centro de Recuperación de Animales Silvestres, que funciona en el mismo complejo ecológico.

Desde entonces, en el transcurso de casi dieciséis años, esta pareja confirmó que se encuentra muy a gusto en Sáenz Peña, porque aquí se lograron los mayores éxitos de reproducción.

Se han convertido en el ejemplo de conservación de esta especie, ya que varios de los pichones que gestaron estos padres se convirtieron exitosamente en adultos, e incluso algunos de ellos fueron liberados en su ambiente natural, en la Cordillera de los Andes, que le da su nombre particular a estos cóndores.

La población actual albergada en este complejo está constituida por cinco machos y ocho hembras, incluido el último pichón hembra que nació el año pasado.

El reconocimiento nacional e internacional que obtuvo el zoo saenzpeñense por su trabajo en la conservación de esta especie se potencia cuando se toma en cuenta la baja tasa de reproducción que tienen los cóndores. En su estado natural, una pareja de estas aves pone un huevo cada dos o tres años.

En 1992, se abrió la primera esperanza respecto de las posibilidades de reproducción de esta especie en esta ciudad, ya que se obtuvo por primera vez un huevo de la pareja. No obstante, esta primera postura fue infértil.

Pero al año siguiente se renovaron las ilusiones, porque nació el primer ejemplar, que fue el primer cóndor andino nacido en cautiverio de Argentina.

Desde entonces, la postura y el nacimiento de cóndores andinos no se detuvo en Sáenz Peña, al punto que sumaron un total de dieciséis las crías aportadas por esta primera pareja, que —con este promedio— seguramente pasará a la historia como los cóndores andinos con mayor potencial de reproducción que existe en cautividad.

De esas dieciséis crías, tres murieron y cinco fueron liberadas en distintos ambientes de Sudamérica.

Al mismo tiempo, las nuevas generaciones fueron tomando el ejemplo de la pareja antecesora. La primera hembra nacida en 1994 formó pareja con un macho llegado de La Rioja, con el que inició su apareamiento.

También fue albergada en el zoo local otra pareja de cóndores formada por ejemplares muy viejos: la hembra fue recuperada con el ala rota del Valle del Condorito (Córdoba); y el macho, incautado por la Dirección de Fauna de Tucumán, donde se encontraba encadenado en una estación de servicios.
Fuente: Chaqueña.

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